martes, 11 de septiembre de 2018

Cosmogénesis

Pulpa integral, circular respiración. Una moción errática y brota un centro, origen de toda infinita expansión. Esta eclosión es el Espacio, Inau. Mas, tras cada oscilar de Inau, un hito se ha de cristalizar; esta historia es el Tiempo, Oman. Ahora se existe, pasado, futuro y presente. 
La cúpula inquieta, la intersección entre las dos serpientes, es el hogar de una frágil existencia: la blanda evolución de la pulpa. Solo en ese momento, cuando la carne del fruto se diseminaba en el entramado tiempo-espacio, es que las semillas exhumaron su letargo. Una placenta que se cultiva a sí misma, que se consume y se recompone es el Universo, Öm-Xantii.
(...)
En un presente a una inconmesurable distancia del origen se puede observar cómo, aun a estas alturas, en el comienzo destella con variado colorido una explosión de existencia. El pulido corazón de mineral que posee aquel híbrido en el pecho, cuya concavidad apunta precisamente el centro de Öm Xantii, refleja con claridad las semillas del comienzo en su brotar colorido, llenando de raíces luminosas la cúpula de inagotable crecimiento. 
El híbrido, cuyo cuerpo metálico se oxida, cuya oxidación metálica se desintegra en arena solar, cuya tierra astral sostiene raíces terrestres, raíces que sostienen pulmones verdes. Pulmones verdes que alimentan bellas flores. Flores que dan comienzo a la vida en todas sus formas. Flores que rodean aquel hito llamado cuerpo que replica sin peso la historia del comienzo.

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