martes, 8 de julio de 2014

Octántrico

Quinientos sueños pasaron bajo sus tristes párpados, quinientos más debían pasar. El color de su sombra iría permutando de coral a medusa, y cuando la medusa se destiñera permutaría a nómade. Cuando el nómade descubra que la medusa está bajo sus tristes párpados, tomará una semilla de su alma y la pondrá justo en el centro de su propio corazón; quinientos sueños más han de pasar, pero por el vientre del nómade, que despierta sus párpados para germinar en la cumbre del mar. Sólo entonces, los colores recorridos por su sombra y el espectro de vida que ha engullido la misma serán los suficientes para que la ominosa entidad detenga su existencia en un universo basado en el dos -dependiente del tres- para saltar al universo del cinco y pintar con ello los colores corales en las paredes de las medusas que enraizan en la cumbre del nómade que germinó en su propio corazón.

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