Hexa-compuestos
Nos mimetizamos en las deliciosas texturas del césped ventoso, respiramos los patrones oxidados del éter mundano, fraternizamos sobre las vizcosas extensiones imaginarias de cualquier vientre, cantamos en silencio y susurramos a los sentidos todos aquellos secretos fotofóbicos que se arrastran por los tréboles. Creamos las raíces, las pulimos y les dibujamos el simbolismo del mimetismo, homenajeamos al contorsionismo del espiritualismo. Carecemos de cerebros, pero no de cráneos. Nuestra semilla se ha devorado todo su suculento reservorio para dar lugar a los cotiledones del realismo. Hemos germinado en los vapores de las rocas.
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